| El sistema multilateral de comercio ha cumplido 60 años. Fue el 
        1º de enero de 1948 que se puso en vigencia el Acuerdo General sobre 
        Aranceles y Comercio (GATT). Con modificaciones es uno de los pilares 
        de la Organización Mundial del Comercio (OMC), creada en 1994 en 
        Marrakech. Mucho ha cambiado en el mundo y en el comercio internacional en estas 
        seis décadas. Todo indica que mucho seguirá cambiando, incluso 
        a mayor velocidad.  También ha cambiado el sistema GATT-OMC. En 1948 fueron 23 las 
        Partes Contratantes. Representaban un 60% del comercio mundial de mercancías. 
        Hoy la OMC tiene 151 países miembros, con una participación 
        del 95% del intercambio global. Un grupo de 30 países representa 
        un 90% de tal participación.  La Argentina se incorporó al GATT en 1967. En 1948 su participación 
        en las exportaciones e importaciones mundiales era del 2.8 y del 2.5% 
        respectivamente. Ahora es del 0.4 y del 0.3%. Menos que en 1900, cuando 
        la participación era del 1.5 y del 1%.  Inicialmente, el GATT fue un marco contractual para ruedas negociadoras 
        orientadas a desmantelar el proteccionismo acumulado en años anteriores 
        y para el desarrollo de disciplinas comerciales colectivas. Hoy es, además, 
        un complejo sistema institucional que regula el comercio mundial de bienes 
        y servicios y, crecientemente, las políticas públicas que 
        inciden en la competencia económica global. Más que un momento de celebración, este aniversario es 
        una oportunidad de evaluación y reflexión. Evaluación 
        de lo que se puede aprender de seis décadas de cooperación 
        multilateral en el comercio mundial. Reflexión sobre los desafíos 
        de la OMC en la perspectiva de la gobernabilidad global y, más 
        concretamente, en la de la inserción argentina en la economía 
        mundial. Evaluación y reflexión que cuenta ahora con un documento 
        denso, de calidad técnica y lectura indispensable. Es el Informe 
        sobre el Comercio Mundial - 2007, que la Secretaría publicó 
        en diciembre pasado, con el título: Seis decenios de cooperación 
        comercial multilateral: ¿Qué hemos aprendido?. Son 
        426 páginas que se encuentran en www.wto.org.  La evaluación es positiva, por contraste y por los aportes resultantes. 
        Por contraste con lo que ocurriera en el período anterior a la 
        creación del GATT, en el que la ausencia de capacidad para plasmar 
        respuestas colectivas al proteccionismo que siguió el fin de la 
        primera guerra mundial y, en particular, a la gran depresión de 
        1930, contribuyó a la tragedia humana de la segunda guerra mundial. 
        Y por los aportes resultantes, en términos de institucionalización 
        progresiva de un sistema multilateral de cooperación de alcance 
        global, que ha contribuido a la expansión del comercio y de la 
        economía mundial. La reflexión es necesaria ya que el sistema de la OMC esta lejos 
        de ser perfecto y tiene por delante fuertes desafíos. Es una imperfección 
        natural, pues no sería realista aspirar a algo diferente en una 
        realidad marcada por la distribución desigual del poder relativo 
        entre naciones y otros protagonistas del comercio mundial, por una dinámica 
        de profundos cambios estructurales en la competencia económica 
        global, y por crecientes incertidumbres y turbulencias. La Rueda Doha 
        está demostrando lo difícil que resulta la articulación 
        de consensos entre 151 países desiguales. Es sólo uno de 
        los problemas a enfrentar.  La atención debe concentrarse ahora en los desafíos a encarar 
        si se quiere consolidar la OMC o, al menos, evitar un deterioro que alimente 
        tendencias alarmantes que se observan en la política mundial. Están 
        relacionados con procesos (de creación de reglas, de asegurar su 
        cumplimiento, de negociaciones comerciales, de resolver controversias), 
        con agendas (qué se negocia en el plano global y cómo se 
        articula con los acuerdos preferenciales) y con la expresión de 
        los intereses nacionales.  Es en esos tres planos, que cabe debatir lo que conviene a la Argentina 
        y sobre cómo lograrlo junto con países con intereses similares. |