| Gastón Marando: ¿Cuál es su opinión como analista, investigador
        reconocido, el actual estadio en las negociaciones del 6-4 y sus
        implicancias para los países en desarrollo ya que fue calificada por todas
        las partes como la última instancia vital para conseguir un acuerdo base
        para presentar luego al resto de miembros de la OMC? 
 Félix Peña: Yo creo que después de la reunión que tuvo lugar en Postdam
        en Alemania el grupo de los cuatro como tal ha dejado de ser el protagonista
        central de las negociaciones de la rueda Doha, las negociaciones volvieron a
        Ginebra, de hecho ahora están paralizadas porque básicamente es el mes de agosto
        y no hay ningún tipo de actividad en Ginebra ni en Europa sobre estos temas. Pero
        no quiere decir que quienes se reunían en al ámbito del grupo de los cuatro, la
        Unión Europea, Estados Unidos, Brasil e India no sigan siendo protagonistas
        importantes de las negociaciones. Pero lo que ha quedado claro es de que en una
        negociación en la que participan 151 países que son los actuales miembros de la
        OMC se necesita mucho más que cuatro países por más grandes que ellos sean.
        Algunos países del grupo de los cuatro tienen peso propio, esto es, figuran en un
        lugar muy alto en el ranking que anualmente publica la OMC de los principales
        protagonista del comercio de bienes y servicios en el mundo. Claramente es el caso
        de la UE y de los EUA, otros como es el caso de Brasil a parte de su tamaño como
        país su potencial hacia el futuro lo que importa es al igual que la India la capacidad
        de movilización que estos países tienen o pueden tener o aspiran a tener con
        respecto a otros países en desarrollo sea el grupo de los veinte o algunas otras
        formas de coalición entre tipo países que se desarrollan normalmente entorno a
        este tipo de negociaciones. Lo que quizás no resultó suficientemente claro en el
        camino que llevo a Postdam era hasta que punto Brasil e India realmente estaban
        en condiciones de reflejar los puntos de vista de todos los países sean miembros del grupo de los 20 y en nuestro caso concreto el MERCOSUR, teniendo en cuenta
        en particular que al existir una tarifa externa común ningún país miembro del
        MERCOSUR podría negociar o efectuar concesiones por las suyas con respecto al
        arancel aplicable por ejemplo a los productos de NAMA, productos no agrícolas sino
        que esto es una decisión colectiva del MERCOSUR. Ahora bien se sabe que en esta
        etapa de la negociación el punto crucial es el trade off entre lo que se puede recibir
        en materia de agricultura y lo que se tenga que conceder en materia de productos
        industriales por lo tanto no es un tema menor sobretodo teniendo en cuenta que el
        propio Brasil ha señalado claramente cuando Uruguay pretendió hacer un acuerdo
        de libre comercio bilateral con los Estados Unidos de que el MERCOSUR obligue a
        sus miembros a negociar como conjunto en función del arancel externo común.
 GM: ¿Ud. cree que el blame game es una estrategia que tiene como
        objetivo último no realizar concesiones en los temas fundamentales que
        atañe a los países en desarrollado, que son subsidios y apertura de
        mercados?  FP: Lo que se llama el blame game que es echarle la culpa al otro, es propio
        de toda negociación internacional y de toda negociación comercial internacional
        cuando quienes están negociando por un lado ven que es difícil llegar a un acuerdo
        y por otro lado es costoso decir que no se llega a un acuerdo. Esto es natural. Yo
        creo que más importante el hecho que se observen los elementos propios del blame
        game, queda muy claro ese mismo día de Postdam como uno se echó la culpa al
        otro incluso con cierto grado de emocionalidad pero yo creo que ese no es el tema
        de fondo. El tema de fondo es saber si hoy en día existen por los distintos
        protagonistas suficientes incentivos para negociar. Esto es, si los beneficios que se
        perciben son superiores o no a los costos que se perciben. Y hablar de beneficios no
        estoy hablando solamente de beneficios económicos ni tampoco de costos
        económicos. En estas negociaciones están envueltas como en toda negociación
        percepciones, expectativas, efectos de corto plazo, efectos de largo plazo y
        particularmente los sistemas políticos democráticos implica que el negociador que
        en definitiva es el poder ejecutivo va a tener un ojo puesto en como la opinión
        pública normalmente representada en el parlamento va a apreciar el hecho de que
        por ejemplo se tengan que efectuar concesiones que pueden tener un efecto de
        corto plazo cuando los beneficios pueden aparecer como un poco etéreo y de largo
        plazo. Entonces me da la impresión de lo que esta trabando la Rueda Doha y que
        puede explicar ese blame game es que todos quisieran concluir la negociación,
        perciben que no es fácil que eso ocurra y al mismo tiempo el mapa de los
        incentivos para moverse como que ha cambiado con respecto a lo que
        originalmente era la situación de la competencia económica global del mundo
        cuando se lanzo en aquel diciembre de 2001 la Rueda de Doha.       GM ¿Qué opinión le merece el supuesto: que la voz del mundo
        industrializado, Estados Unidos y la Unión Europea, hubiesen llegado a
        Potsdam con una propuesta "consensuada" como lo afirman varios
        funcionarios reconocidos?  FP: No participé de las negociaciones, solamente las he seguido a través de
        la prensa, no tengo forma de saber si eso es correcto. Si sé que algunos de los
        negociadores han dicho eso         Diego Maturi ¿Cómo interpreta el argumento del Director General de
        la OMC, Pascal Lamy donde todavía sostiene que es absolutamente posible
        conseguir un acuerdo en el corriente año?  FP: El dijo posible no dijo probable. Y en cuanto a posible tiene razón. En
        cuanto a probable él no lo dijo. Habría que preguntarle a él si además cree que es
        probable.       DM ¿Qué opina Ud. en referencia al hermetismo de las diferentes
        reuniones, foros, desde el inicio de este año; ¿Son indicadores suficientes;
        la finalización del TPA o Fast Track de Estados Unidos o por ejemplo la
        presión interna de 58 influyentes senadores con una fuerte advertencia
        contraria a efectuar concesiones en materia de productos agrícolas como
        ocurre en similar caso con los países miembros de la UE?  FP: Yo creo que las negociaciones comerciales multilaterales hay y ha
        habido siempre para ponerlo en un lenguaje coloquial, muchas mesas de póker.
        Esta la mesa de póker multilateral en la que participan los 151 países, están las
        múltiples mesas de póker formales o informales, el G-4 es un ejemplo o el G-20.
        Pero aparte están las mesas de póker internas de cada uno de los protagonistas
        que hace a la relación entre quien negocia, normalmente es el poder ejecutivo y
        quien representa los intereses de la sociedad quien normalmente es el parlamento.
        No quiero decir de que poder ejecutivo no los representa, representa una parte.
        Pero el Congreso es quien da, en caso de los Estados Unidos, al ejecutivo el
        mandato para negociar. Ese mandato concluyó este fin de junio, a los efecto
        prácticos ya había concluido tres meses antes que es el plazo del cual debían
        presentarse los resultado de una negociación a su consideración de acuerdo al
        propio TPA. Y el hecho que no haya sido renovado, yo creo que tiene mucho que
        
        tiene mucho que ver con los tire y afloje de la política interna de Estados Unidos
        que ha entrado en forma prematura a un proceso electoral como todos sabemos en
        que aparte de la renovación o no renovación de la Autorización para Negociaciones
        Comerciales Internacionales esta algo que es más importante, que es la renovación
        y en que términos de la Ley Agrícola (el Farm Bill en inglés). Yo no tengo la
        suficiente información sobre lo que esta ocurriendo en esa mesa de póker que hay
        que seguirla muy de cerca por supuesto pero eso implica estar muy dentro de la
        realidad política de Estados Unidos para opinar sobre si efectivamente es posible o
        no que el TPA (Trade Promotion Authority) sea renovado aunque sea parcialmente
        por un tiempo por el actual Congreso. Da la impresión que hay una especie de
        huevo y gallina ya que quienes consideran que debiera terminarse la Rueda de
        Doha que son partidarios de una mayor liberalización del comercio internacional y
        que consideran que por lo tanto a tal efecto debería ser como mínimo prolongado
        por un tiempo el TPA, señalan que los Congresistas se van a mover en la medida
        que vean que realmente se puede concluir una negociación en la Rueda Doha.
        Vuelvo a insistir, yo no tengo elementos como para hacer un juicio sobre esto,
        simplemente se que el TPA no ha sido renovado, que el Farm Bill recién en
        septiembre debería ser aprobada la reforma o la nueva Farm Bill y que este proceso
        interno legislativo de Estados Unidos que es parte a su vez del proceso electoral se
        integra además en ese contexto de negociaciones multilaterales que en este
        momento están no sólo paralizadas por el calor del verano sino por el frío de la falta
        de incentivos para negociar         GM ¿Es posible que con la actual coyuntura que se presenta en el
        ámbito comercial multilateral propiciado por la OMC se convierta en un
        regionalismo o bilateralismo acentuado, favoreciendo una carrera hacia la
        discriminación comercial que asumirá como resultado, la fragmentación y
        el conflicto?  FP: El riesgo que se corre con un debilitamiento de la Organización Mundial
        de Comercio que fuera eventualmente la resultante sino un colapso de la Rueda
        Doha del hecho de que la Rueda Doha quede por un tiempo en situación de limbo o
        de invernadero. El riesgo que se corre es precisamente de que se multipliquen los
        acuerdos de libre comercio que en realidad son acuerdos comerciales
        discriminatorios. Se lo ha denominado, creo que es correcto denominarlos así,
        como una especie de club privado en el cual los beneficios solamente los tienen
        quienes son miembros de esos clubs. Lo que se esta observando es que hay una
        especie de carrera hacia la proliferación de ese tipo de acuerdos. Eso genera
        complicaciones incluso para los negocios internacionales porque vuelve menos
        
        transparente las condiciones de acceso a los mercados particularmente complica
        mucho la administración de las reglas de origen ya que estos son acuerdos muy
        cargados de reglas de origen especificas que con razón se considera que es a través
        de estas reglas de origen específicas hecha a la medida de cada producto que se
        introducen esos elementos de discriminación que en caso de una Unión Aduanera
        tienen la ventaja que los elementos de discriminación son más transparente en la
        medida que se originan en el arancel externo común. Yo creo que es un peligro
        cierto la proliferación de estos acuerdos de libre comercio que va a hacer una
        resultante de un escenario de paralización de la Rueda Doha y por eso me inclino a
        que lo posible sería bueno concluir una Rueda Doha que fuera eventualmente
        menos ambiciosa, que fuera considerada "light" pero que permitiera abrir un
        debate más de fondo sobre la metodología de negociaciones comerciales
        multilaterales en el ámbito de la O.M.C en base a la experiencia acumulada hasta el
        presente y al hecho muy claro de que por un lado, hay 151 países y varios
        haciendo fila para entrar y por otro lado, el 90% del comercio de bienes y servicios
        esta concentrado en unos 30 países. Y si acercamos la mirada vamos ver que de
        esos 30 países buena parte del comercio está concentrado en 10 países. Entonces
        ahí hay una tensión dialéctica entre esas dos realidades, la realidad de una
        participación formal amplia en la cual se asume que todos los países son iguales y
        por eso se establecen las reglas del consenso y una participación real limitada en la
        cual el peso especifico de cada país en los mercados internacionales es lo que es de
        alguna manera lo que determina su capacidad para negociar y ser parte de la
        creación de reglas como se ha señalado con razón, no todos los países son
        formadores de reglas, muy pocos lo son y muchos países tienen el rol más bien de
        tomadores de reglas lo mismo que en materia de precios en relación a lo que puede
        ser como la estructura monopolística de un mercado.         DM: ¿Es necesario una nueva arquitectura para manejar las
        relaciones económicas internacionales, ya que la OMC fue concebido hace
        más de 50 años, y los resultados obtenidos para los países en desarrollo no
        fueron sustanciales?  FP: Yo creo que en primer lugar la Organización Mundial de Comercio
        (O.M.C) ya implica una nueva arquitectura y surge de las reuniones de la Rueda
        Uruguay y de la Conferencia de Marrakech en 1994 por lo tanto con respecto al
        G.A.T.T original – Acuerdo General de Tarifas y Comercio – la O.M.C ya de por sí es
        un intento de adaptación de modo ambicioso, yo creo que ha permitido dar un salto
        cualitativo importante particularmente por la importancia que tiene hoy el Sistema
        de Solución de Controversias dentro de la O.M.C. Claramente las realidades
        
        internacionales siguen cambiando, hay un dinamismo muy fuerte, el sistema
        internacional está en una mutación continua y creo que las dificultades para
        avanzar en la Rueda de Doha esta poniendo de manifiesto que es necesario
        probablemente introducir ajuste, nuevas ideas, nuevos enfoques sobre el sistema
        multilateral de comercio y particularmente tomando las realidades tal como son,
        algo que permita conciliar dos fuerzas que están operando en el plano de las
        relaciones comerciales internacionales que es la fuerza del multilateralismo
        expresada en la O.M.C y por otro lado la fuerza de el bilateralismo, regionalismo
        expresado en esta pluralidad, proliferación, multiplicidad de acuerdos e tipo
        preferenciales. Todo esto que parece y que puede ser muy anárquico es la realidad
        y hay que operar sobre esa realidad. Lo que la experiencia histórica indica es
        cuando se están viviendo procesos de mutación muy grande y transformación del
        sistema internacional como ocurre en los sistema políticos internos es muy difícil
        quizás, en ese tipo de condiciones detenerse a imaginar una nueva arquitectura.
        Daría impresión como que la nueva arquitectura de ir surgiendo una especie de par
        y paso o acompasamiento entre las respuestas institucionales a demandas
        institucionales que van surgiendo de la realidad internacional. Eso es un escenario
        optimista porque lo que la historia indica también es cuando hay esa turbulencia,
        mutaciones, transformaciones, esa entrada a una nueva etapa de las relaciones
        internacionales muchas veces antes de llegar a las respuestas de la racionalidad se
        pasa por una etapa en que predomina las respuestas de la irracionalidad.         DM: ¿Cree Ud. que la OMC está perdiendo legitimidad? FP: No, yo diría que corre el riesgo de perder legitimidad, creo que eso sería un
        signo tremendamente negativo que estaría indicando un sistema internacional
        entrando en una etapa de deterioro institucional, y el deterioro institucional en el
        sistema internacional significa – vuelvo a insistir en este punto que en mí opinión es
        central – el predominio más de la lógica de la fragmentación y del conflicto que de
        la lógica de la cooperación en las relaciones entre los países. Por lo tanto hay que
        tomar conciencia de que eventualmente el fracaso o la percepción de fracaso de la
        Rueda Doha sumado a otros factores que están operando en el sistema
        internacional por ejemplo todo lo que es la agenda de seguridad internacional
        puede ir erosionando la O.M.C y puede ir erosionando las condiciones de
        gobernabilidad del sistema internacional. Y esa correlación entre la agenda de la
        competencia económica global y la agenda de la seguridad internacional es tan
        estrecha que esta demostrado por el hecho que finalmente las negociaciones de la
        Rueda Doha fueron lanzadas a la sombra de los dramáticos acontecimientos del 11
        
        – S. Hay vasos comunicantes muy fuertes entre lo que pasa en la agenda de poder
        mundial o en el plano de la relaciones de poder mundial con lo que pasa en el plano
        de la competencia económica global y con lo que pasa en el plano de las
        negociaciones comerciales internacionales. Tener un enfoque exclusivamente
        economicista de estas negociaciones puede ser una fórmula para no entender
        mucho de lo que esta pasando.         GM: ¿En su análisis que postura debiera asumir el Estado Argentino
        ante un nuevo colapso de las negociaciones; ¿ Le sirve o no a la Argentina
        esta posible coyuntura?  FP: Vuelvo a insistir que yo no trabajaría necesariamente, bajo el supuesto
        de que las negociaciones van a colapsar. Comparto lo de Pascal Lamy. Es posible
        terminar, no creo que sea muy probable, y creo que el escenario más probable va a
        ser el que se va a mantener a “fuego lento” hasta que pasen las elecciones
        americanas en noviembre del año que viene.         Yo tengo la impresión de que, como país no nos conviene nada que debilite
        a la OMC. Por tanto, si esta visión un tanto optimista que di antes se demuestra no
        conforme a la realidad y se da un escenario más, en mi opinión, más pesimista,
        incluso, sino de colapso, debilitamiento muy fuerte de la OMC, en mi opinión esto
        no es conveniente para nuestro país por una razón muy simple: somos muy
        pequeños en el escenario comercial y político internacional, como para que aquello
        que signifique debilitamiento de bienes públicos globales como es la OMC, pueda
        ser visto como algo favorable para nuestro país.         Puede ser que desde el punto de vista económico coyuntural, la negociación
        no culmine y que eso de lugar a una reformulación, replanteo en el plano de la OMC
        pueda ser algo útil en la medida que -y esto creo que es lo central- en la medida
        que tengamos relativamente claro que es lo que necesitamos, que es lo que
        queremos y que es lo que podemos lograr. Por lo tanto, yo diría que, incluso si las
        negociaciones de la Rueda de Doha culminaran con éxito, lo que se impone en
        nuestra sociedad, en nuestro país, entre nosotros es debatir muy a fondo eso que
        señalaba antes, que es lo que necesitamos en nuestra interfase con la economía
        internacional que es lo que, como lo necesitamos, queremos lograrlo y nos
        proponemos como objetivo y para los cuales nuestra estrategia. Y en tercer lugar, y
        sobre todo, cuales son las posibilidades reales de que lo que necesitamos, lo
        podamos obtener. Cualquiera de nosotros puede necesitar algo, todos necesitamos
        cosas que no podemos obtener. Y por lo tanto, en la política comercial internacional
        del país también tenemos que tener un gran realismo.
        
        Mi conclusión es que debemos producir una gran sinergia público-privada
        nacional-federal en el país, referido a nuestra inserción en un mundo que está
        cambiando a pasos acelerados y que genera un cuadro de oportunidades muy
        fuertes para el país por todo el tema de expectativas de demandas ilimitadas de
        nuestra enorme capacidad de producción de bienes agrícolas, plantea –por
        supuesto- fuertes desafíos porque los tratados no se pueden fragmentar como
        consecuencia, por ejemplo de la proliferación de acuerdos comerciales
        preferenciales. Pero plantea sobre todo fuertes desafíos porque si efectivamente
        hay una demanda ilimitada de bienes agrícolas, producto de la mayor demanda de
        alimentos y de biocombustibles, vamos a tener que hacer un esfuerzo de inversión
        muy grande; como lo va a tener que hacer Brasil, como lo van a tener que hacer
        los otros países que pueden ser oferentes de producción agrícola en términos
        competitivos, no solamente para producir, sino pero sobre todo para la distribución
        física de esos bienes, lo cual implica superar lo que en la terminología brasilera de
        hoy significan los gargalos, los cuellos de botella; resultantes de problemas de
        redes de transporte, ineficiencia de los puertos, todo lo que hace al poder
        realmente producir granos o carnes y llegar a la vez a las bocas de expendio en los
        mercados con mayor poder de consumo, sin perjudicar las condiciones en que esos
        productos pueden llegar al mercado interno. Sabemos bien que todos los productos
        que exportamos son de alguna manera, los consumidores externos están
        compitiendo con nuestros consumidores internos porque aún algunos productos que
        básicamente están orientados a la exportación sabemos que los podemos exportar
        como es la soja, como grano o como aceite, o como pollo.         GM ¿Qué deduce en referencia que las principales bolsas de
        commodities vislumbran una menor demanda en el corto y mediano plazo
        en los Estados Unidos, que se podría trasladar a China e India, y que a su
        vez podría afectar los ingresos de divisas de países en desarrollo? ¿Cómo
        impacta en nuestra diplomacia comercial?  FP: El primer impacto es que lo que está pasando en estos días, en estas
        semanas, va a seguir pasando, que se refleja por momentos en turbulencias
        financieras, alertas en los mercados, está indicando la necesidad de tener las
        antenas muy paradas, activar todos los radares para tratar de tener en claro qué
        está pasando y por donde vienen las dificultades. Esto quiere decir, de que el peor
        error que podemos cometer como sociedad: por lo tanto esto involucra al gobierno,
        involucra al mundo académico, involucra a los empresarios, etc, a la parte política;
        sería dar por cierto cualquier escenario internacional, es decir, por ejemplo decir
        
        que tenemos viento a favor ilimitado, China nos asegura futuro. Nadie puede
        asegurar el futuro en esos términos pero tampoco está asegurado el futuro de
        China. Es decir, lo que enseña la historia es que cuando se entra en un periodo de
        fuertes cambios internacionales, que analistas- algunos grandes especialistas en
        relaciones internacionales como puede ser el caso del profesor, Stanley Hoffman -
        han denominado con razón, “periodos revolucionarios” en el sentido de cambios
        profundos en las relaciones de poder, en las reglas de juego, en los valores, en las
        fuerzas profundas que operan en la realidad internacional; ningún escenario puede
        ser excluido a priori. Y quizás esto indicaría de que nuestra sociedad, nuestro país,
        debe hacer, continuar haciendo si ya lo estuviera haciendo un esfuerzo muy fuerte
        de inteligencia competitiva para tratar de tener lo más claro posible lo que está
        ocurriendo en los escenarios internacionales que pueden de alguna afectar para
        bien o para mal, las condiciones en las cuales nos insertamos en el mundo se
        insertan –nuestros productos- en el mundo.       DM: De acuerdo a toda esta coyuntura internacional, ¿Qué opinión le
        merece a Ud. el actual estadio de la diplomacia comercial Argentina?  FP: Yo creo que, hoy en día la diplomacia comercial de cualquier país, es
        una diplomacia comercial que no se limita a las agencias gubernamentales, es
        decir, el manejo del relacionamiento entre el país y los otros países es muy
        compleja porque lo otros países también son muy complejos; es decir, no
        solamente lo que puede canalizarse a través del Ministerio de Relaciones Exteriores
        que tradicionalmente es el canal de -o debe ser el canal- de desarrollo de la
        diplomacia de un país, sino que la interfase entre un país y de otros países se da
        por cantidad de otros canales, por presencia de empresas, de empresarios, de
        agencias del Estado.       Yo creo que – la conclusión mía es de que- debemos hacer como país, como
        sociedad un esfuerzo muy, muy grande en el campo de la diplomacia comercial
        tanto la gubernamental, como la empresaria, como la académica. Para tomar un
        ejemplo de estos días –considero muy positivo- el viaje de Beatriz Nofal a Brasil, su
        reunión con la gente de gobierno, sus reuniones particulares que con la gente de la
        FIESP de Sao Pablo, tenemos que multiplicar muchísimo esto. Y destaco lo de
        Beatriz Nofal porque ella no fue a negociar, ella no fue a vender nada, ella fue a
        explicar, a conversar, a recibir; y la diplomacia comercial en un momento de
        fuertes cambios implica – o diplomacia económica de un país en sus distintos
        estamentos-, implica un gran esfuerzo de explicar lo nuestro y de entender lo que
        está pasando en los otros países.       Así que, se me ocurre que tendremos que seguir haciendo mucho más de lo
        que estamos haciendo, y sobre todo multiplicarlo por los canales de conexión con la
        realidad internacional, incluye a la prensa por supuesto, y obvio que un papel
        protagónico lo tiene la diplomacia gubernamental dentro del Ministerio de
      Relaciones Exteriores. Esta estrevista fue realizada por Lic. Gastón Matías MARANDO y Lic. Diego Eduardo
    MATURI. |