|  ¿Cuáles serán en el futuro los requerimientos en 
        materia de formación de profesionales y expertos en comercio exterior, 
        teniendo en cuenta los cambios pronunciados que se observan en el mapa 
        de la competencia económica global? E, incluso, ¿cuáles 
        serán los requerimientos de formación de los propios empresarios 
        que aspiran a ser competidores globales? En torno a estas preguntas y otras que surgirán luego, quisiera 
        hoy avanzar algunas reflexiones con la idea de contribuir a un debate 
        que deberíamos impulsar en los medios empresarios, profesionales 
        y académicos especializados. La reflexión y el debate continuo 
        sobre los requerimientos formativos en el comercio exterior de los próximos 
        años y décadas, está instalado en muchos países 
        que compiten con el nuestro.  Es una reflexión muy necesaria, dado que estamos entrando en una 
        nueva etapa en la competencia económica global y regional. Esta 
        nueva etapa tendrá una profunda implicancia para las empresas que 
        compiten activa o pasivamente en los mercados internacionales y, por lo 
        tanto, en los requerimientos de formación de quienes cumplen funciones 
        directivas y técnicas y, más aún, para quienes asumen 
        riesgos como empresarios. La oferta educativa actual en materia de comercio exterior está 
        articulada, por un lado, en torno a Tecnicaturas - como es el caso, por 
        ejemplo, de la Escuela de Comercio Exterior de Fundación BankBoston 
        - y Licencias, y por otro lado, en torno a la formación de post-grado 
        de especialistas en relaciones comerciales internacionales. Cito como 
        un ejemplo con el cual estoy vinculado, el caso de la Maestría 
        en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de 
        Tres de Febrero, cuyo énfasis principal está puesto en la 
        formación de aquellos que quieren trabajar en el Estado o con el 
        Estado -desde las empresas- en los temas vinculados al comercio exterior, 
        a las políticas comerciales externas y a las negociaciones comerciales 
        internacionales. Incluso, cuando se le puso el nombre tanto a la Licencia 
        que dicta la UNTREF, como a la Maestría -ha ocurrido así 
        en otras universidades- se optó por el nombre de Relaciones Comerciales 
        Internacionales, buscando abrir el espectro de temas que se iban a cubrir, 
        yendo más allá de lo que había sido hasta ese momento 
        la oferta más tradicional que es la de formación de operadores 
        de comercio exterior. La Maestría está más orientada 
        a la formación de estrategas en el campo del comercio exterior, 
        o de quienes participan en la formulación y aplicación de 
        políticas públicas comerciales externas. Pero también 
        está orientada a perfeccionar la formación de profesionales 
        con aptitudes para decodificar las negociaciones comerciales internacionales 
        y sus resultados, en la perspectiva de empresas inserta en la competencia 
        económica global. Comenzaré refiriéndome a los cambios que se están 
        operando en la competencia económica global y luego avanzaré 
        algunas reflexiones en torno a las que podrían ser necesidades 
        futuras en materia de formación de empresarios y de cuadros técnicos, 
        con particular referencia a aquellos que se desempeñan en pequeñas 
        y medianas empresas - pero también será válido el 
        planteo para los de las empresas grandes o las empresas que operan en 
        el país y que son parte de redes internacionales -.  Para enmarcar los apuntes relacionados con el tema central de nuestra 
        presentación, debemos comenzar por señalar cuan profundos 
        son los cambios que están teniendo lugar en la competencia económica 
        global. Son ellos cambios de tal profundidad que recién ahora, 
        en los últimos tiempos, estamos comenzando a tomar plena conciencia, 
        de lo que ellos significan para el futuro de nuestra inserción 
        económica en el mundo y en la región. Y no sólo en 
        Argentina. Kim Clark -Decano de la Harvard Business School, citado en 
        un excelente suplemento del Financial Times del 27 de septiembre último, 
        sobre el futuro del trabajo en el mundo -, ponía el acento en una 
        de las fuentes principales de los cambios que se están observando. 
        Señalaba, que "aún no hemos comprendido bien lo que 
        significa el hecho que 2500 millones de individuos se incorporan a la 
        competencia económica global". Se refiere a la incorporación 
        plena de China, de India, crecientemente de Rusia, de Vietnam y de otros 
        países de magnitud, que sumados significan mucho para la competencia 
        económica global. Son países que han optado por modelos 
        de eficiencia económica y sobre todo, han optado por participar 
        activamente en la competencia económica global. Esto se refleja 
        en la incorporación de China en la OMC y pronto también 
        la de Rusia. Pero por sobre todo -y éste es un dato no económico 
        pero que potencia desde el punto de vista de inversores internacionales 
        el alcance de este nuevo fenómeno- son países que han alcanzado 
        condiciones razonables de gobernabilidad. Es decir, que generan expectativas 
        fundadas de estabilidad en sus opciones económicas fundamentales. 
        Este fenómeno podemos denominarlo como "el despertar de las 
        ballenas". Son grandes "ballenas" que estaban, por cierto, 
        en el mercado, pero eran participantes muy pasivos y marginales, y que 
        han decidido incorporarse plenamente en el juego de la competencia económica 
        global. Esto significa que, países que representan - sumados los 
        antes mencionados con un grupo de 7 u 8 países, entre los cuales 
        debe incluirse el Brasil, que es un país que está cada vez 
        más activo en el comercio internacional- alrededor del 40% de la 
        población mundial y representan hoy en día un 7-8% del Producto 
        Bruto Mundial. Uno de ellos- China- tiene tasas de crecimiento anuales 
        del 9%, por lo tanto, proyectado al 2010 y con más razón 
        todavía al 2020, esto significa que la participación de 
        estos países en el Producto Bruto Mundial será cada vez 
        más importante, creciendo su participación no sólo 
        en la demanda de recursos naturales, sino también en la de bienes 
        de consumo final. Tomemos en cuenta lo que significará el hecho 
        de que estos países con cerca del 40-50% de la población 
        mundial, cuenten en los próximos 10 años un porcentaje creciente 
        de su población con pautas de consumo propias del ABC1 de los mercados 
        de consumo de los países industrializados e incluso, de varios 
        países en vías de desarrollo. Eso estaría implicando 
        el aporte al mercado mundial y a la competencia económica global 
        de una masa de alrededor de 400-500 millones nuevos individuos, con capacidad 
        para demandar y consumir bienes sofisticados y de calidad. Otras dos tendencias que se observan en la realidad actual y que están 
        introduciendo cambios significativos en el desarrollo del comercio internacional 
        y en el mapa de la competencia económica son, por un lado, el de 
        la participación creciente de redes trasnacionales a través 
        de las cuales se canaliza una parte importante del comercio global de 
        bienes y de servicios y, por el otro, el de la multiplicación de 
        clubes comerciales preferenciales o acuerdos regionales. Cada vez más, 
        un porcentaje significativo de lo que crece por año el comercio 
        mundial (un 8% en volumen en 2004), es absorbido por redes trasnacionales 
        de producción y comercio, que operan en muchos países y, 
        a la vez, se canaliza en el marco de múltiples acuerdos regionales, 
        llamados aquí clubes privados, o hacia o a través de grandes 
        potencias emergentes, como es el caso de China. Hoy día todos estos 
        acuerdos, cerca de 300, son clubes privados en que los beneficios se limitan 
        a sus socios y muchas veces son excluyentes por distintas técnicas 
        como el arancel externo o las reglas de origen específicas. Las 
        zonas de libre comercio -especialmente, a través de reglas de origen 
        específicas- son también excluyentes de aquellos que no 
        son parte del respectivo club comercial preferencial.  Actualmente ninguna persona, empresa o país, puede ser indiferente, 
        salvo a un alto costo, a la realidad de los profundos cambios que se están 
        operando en la competencia económica global -algunos de los cuales 
        hemos apuntado antes-. Estos cambios son precisamente parte del telón 
        de fondo de la idea central que quiero plantear hoy.  Ante los cambios profundos que se observan en la competencia económica 
        global -y que en buena medida recién comienzan a ponerse en evidencia 
        en toda su magnitud-, la idea central que deseo plantear, es que la oferta 
        educativa especializada debe ir más allá de la larga etapa 
        en la cual ha estado centrada por muchos años, esto es, la de la 
        formación, sea de técnicos y operadores de comercio exterior, 
        o sea de operadores y estrategas de empresas que comienzan a internacionalizarse. 
        El desafío es pasar ahora a una etapa de formación de competidores 
        globales. Contribuir a transformar los cuadros técnicos y empresarios 
        en competidores globales, será el gran desafío futuro de 
        la oferta educativa en este campo. Esto implica, desarrollar los cuadros 
        de empresas grandes, pequeñas o medianas que estén en condiciones 
        de participar activa o pasivamente en la competencia económica 
        global por los mercados de bienes y de servicios, especialmente con densidad 
        de valor agregado intelectual. Activa o pasivamente, porque lo tradicional 
        es imaginar que una empresa participa en comercio exterior cuando exporta 
        o cuando importa. Sin embargo, una empresa que no importa ni exporta está 
        participando también en el comercio internacional, en la medida 
        en que sus competidores, actuales o potenciales, pueden ser exportadores 
        o importadores.  Proyectándonos hacia los próximos años, en una perspectiva 
        argentina, podemos ampliar ahora las preguntas formuladas al principio. 
        En efecto, algunos de los principales interrogantes que surgen, son: ¿qué 
        tipo de profesionales, expertos y cuadros técnicos, necesitará 
        una Argentina que se proponga participar activamente en la futura competencia 
        económica global?; ¿qué tipo de profesionales en 
        comercio exterior necesitaran formar las instituciones académicas, 
        en particular las especializadas, en los próximos años?; 
        ¿cómo adaptar la oferta educativa a las demandas futuras 
        de la sociedad y cuáles serán las demandas concretas de 
        las empresas que aspiran a competir en los mercados mundiales?; ¿qué 
        tipo de recursos humanos especializados demandarán en el futuro 
        las empresas que participan del comercio exterior argentino y qué 
        le requerirán al mercado educativo?; ¿qué tipo de 
        cuadros técnicos necesitarán las áreas gubernamentales 
        vinculadas al comercio exterior? y ¿qué tipo de empresarios 
        necesitará nuestro país si aspira a participar activamente 
        en la competencia económica global de los próximos años?
 Como verán uso por momentos en forma indiferente la figura del 
        empresario y la figura del cuadro técnico de una empresa que compite 
        a nivel global, y lo uso así porque creo que se irán gradualmente 
        borrando las fronteras entre lo que se requiere de un rol y del otro. 
        Cada vez más el empresario, sea pequeño o mediano (con más 
        razón si es grande) tendrá que tener la misma formación 
        que tiene que tener quien trabaja con ese empresario, sobre todo al más 
        alto nivel del planeamiento estratégico y del desarrollo de las 
        estrategias en los mercados internacionales. No intentaré dar hoy una respuesta sistemática a todas 
        estas preguntas y muchas otras que podrían formularse al respecto. 
        Las respuestas pueden surgir de la observación de la experiencia 
        de países similares al nuestro. Pero también pueden surgir 
        observando lo que demandan las empresas que pueden ser consideradas como 
        competidores globales en la Argentina, es decir, las que están 
        trabajando en varios mercados al mismo tiempo y que están muy activamente 
        expuestas al comercio internacional -muchas de ellas son a escala internacional 
        PyMEs-.  Hoy sólo me referiré a algunas de las cualidades y conocimientos 
        que debe reunir quien aspire a participar con éxito en la competencia 
        económica global, sea como empresario, sea como cuadro técnico 
        o experto. Son cualidades y conocimientos que pueden ser precisamente 
        desarrollados en el ámbito de la formación académica 
        especializada.  Por cierto, el conocimiento técnico especializado en comercio 
        internacional es uno de los requisitos para ser un competidor global exitoso. 
        Es precisamente lo que se va desarrollando en las diferentes etapas del 
        proceso formativo, especialmente en la primaria y secundaria, que condiciona 
        fuertemente la capacidad para luego sacar pleno provecho de la etapa universitaria. 
        El conocimiento técnico de un competidor global, abarca no solamente 
        todo lo que se relaciona con el comercio internacional y con la operatoria 
        del comercio exterior. Implica una fuerte capacitación en relación 
        a los procesos productivos y distributivos, en particular, de bienes diferenciados 
        y con fuerte valor agregado intelectual.  Pero además del conocimiento técnico, ¿cuáles 
        son algunas cualidades y aptitudes que pueden ser estimuladas en el proceso 
        de formación especializada de un competidor global? Cualidades 
        y aptitudes que, precisamente, las instituciones académicas especializadas 
        pueden contribuir a desarrollar.  En realidad muchas veces son cualidades y aptitudes, que van surgiendo 
        durante la niñez, en el propio ámbito familiar o en la escuela 
        primaria. Desde el punto de vista del proceso formativo, lo que se observa 
        es que cada vez más cobra una importancia central el nivel familiar 
        y el nivel escuela, incluso la escuela primaria, en el desarrollo de algunas 
        de la cualidades que conforman el perfil básico que debe tener 
        quien aspira a transformarse en un competidor global o trabajar como experto 
        con él. La formación del emprendedor o del empresario, o del técnico 
        que trabaja con el competidor global, comienza entonces prácticamente 
        a nivel de la familia. Lo que luego irá ascendiendo en el proceso 
        formativo, es el nivel de calificación técnica o de profundización 
        de los conocimientos que irá recibiendo el futuro profesional o 
        empresario en la escuela técnica, o en la universidad o en los 
        postgrados. Obviamente no será lo mismo que lo que recibe un chico 
        de 4-5 ó 6 años en su casa. Lo que se observa como una cualidad destacada del competidor global moderno, 
        es una gran capacidad para la curiosidad. Al chico pequeño en su 
        medio familiar, muchas veces se le estimular o, por el contrario, se le 
        inhibe la curiosidad cuando trata de entender lo que pasa o trata de descubrir 
        cosas raras, de experimentar. De esa manera se puede estar estimulando 
        o inhibiendo, una de las cualidades más fundamentales que hoy en 
        día requiere tener un competidor global, que es precisamente la 
        aptitud de estar absolutamente abierto a los cambios que se están 
        produciendo en forma constante. La curiosidad es, se sabe, una cualidad 
        fundamental para la innovación tecnológica. La creatividad, es otra cualidad personal que surge -o se inhibe- en 
        la infancia. Depende en gran medida de los estímulos del medio 
        familiar y, luego, de la escuela primaria. Por ejemplo, cuando yo era 
        chico, miles de chicos argentinos trabajábamos en las escuelas 
        primarias en el taller de carpintería, que es un espacio espectacular 
        para comenzar a formar un competidor global, porque el chico va aprendiendo 
        lo que es la innovación, lo que es la creatividad, lo que es preocuparse 
        no sólo de lo que él quiere hacer, sino de qué manera 
        lo que él quiere hacer puede ser satisfactorio para alguien más. Destaco asimismo, como cualidad de un competidor global su capacidad 
        para tener, a la vez, pasión y visión. Es decir, si el chico 
        o la chica, sea en la etapa infantil, sea en la etapa de formación 
        secundaria y universitaria, sea como empresario, no tiene pasión 
        por lo que hace y no tiene visión de lo que puede hacer y no cuenta 
        con una cierta idea de lo que quiere hacer, realmente va a estar más 
        próximo a ser un perdedor que un ganador en la competencia económica 
        global. Los otros días, escucharlo a Juan Carlos Basso del Grupo 
        Basso, fabricante de válvulas para automotores, era apasionante 
        porque es un apasionado de lo que hace y lo transmite así. Él 
        y su hermano cuentan lo que están haciendo con tanta pasión, 
        y vienen de un nivel -esto lo contaba en público- muy bajo. Su 
        padre en Rafaela era un peón, y sin embargo este personaje tenía 
        la lucidez necesaria para estimular a sus chicos, no solamente para que 
        sean ingenieros, sino también para que se formen en Francia. Hoy 
        es un competidor global exitoso. Como se puede ver, la pasión y 
        la visión van muy unidas. Otra cualidad a destacar en un competidor global, es su capacidad para 
        manejarse en mundos culturales diferentes. Conocerlos y saber apreciarlos 
        en todas sus riquezas. Cuanto más restringida es su experiencia 
        en el plano de la diversidad cultural -más apego a un determinado 
        ghetto cultural- menores condiciones tendrá para ser un competidor 
        global. Hoy en día un competidor global tiene que estar apto para 
        manejar la pluralidad cultural como la manejaban los católicos, 
        musulmanes y judíos del Al-Andaluz de los años 700 al 1000, 
        es decir, gente acostumbrada a manejar distintas culturas, formas de pensar, 
        religiones. Esto es lo que se está exigiendo hoy para manejarse 
        en el mundo actual.  Indudablemente ello es facilitado por la riqueza en el conocimiento de 
        idiomas. Es una condición elemental. Un competidor global que no 
        maneja por lo menos el inglés y algunos otros idiomas, es alguien 
        que tiene una deuda en su formación. Hace pocas semanas, un chico 
        de 20 años de nuestra escuela en Fundación BankBoston, me 
        produjo una carga espectacular de energía, porque me vino a ver 
        para hacerme una consulta. Pedía orientación en materia 
        de idiomas, y le pregunté qué sabía y me dijo: inglés, 
        italiano y portugués, además del español, y estaba 
        dudando si estudiar alemán pero le parecía que podía 
        ser mejor estudiar algún idioma escandinavo, y la pregunta de fondo 
        era si debía o no estudiar chino. Le dije "Mirá, largate 
        ya mismo a estudiar chino, porque veo que tenés tal facilidad para 
        los idiomas, que eso es una ventaja competitiva enorme que tenés 
        en el mercado
salvo que tengas una novia finlandesa, en ese caso, 
        estudiá finlandés". Pero el tema de idioma es casi 
        ya elemental y no hace falta insistir al respecto. El conocimiento profundo del otro es hoy casi una condición sine 
        qua non para ser un competidor global o para trabajar con un competidor 
        global. Hoy en día tenemos que conocer, para dedicarnos a los temas 
        de la competencia económica global, muchos países, y hay 
        países que no se los conoce fácilmente. Alguna vez, como 
        funcionario, he viajado por China y he escuchado allí a un chino 
        que me decía algo muy claro (yo le preguntaba sobre la relación 
        China-Estados Unidos): y él me decía "nadie que no 
        sea chino puede entender a fondo China". Y probablemente eso se pueda 
        aplicar a muchas otras culturas y a muchas otros países. Pero indudablemente 
        viajando por esos países, un profesional y un empresario pueden 
        desarrollar muchos conocimientos prácticos sobre cómo operar 
        en ellos. ¿Qué es lo que hay de distinto entre los distintos países, 
        sobre todo si pertenecen a distintas culturas a la nuestra? Fundamentalmente, 
        el manejo de los tiempos y de los códigos del reracionamiento humano 
        y de los negocios. Si uno no maneja los tiempos y los códigos del 
        mundo árabe o de los países africanos, o de los americanos 
        o de los franceses, uno puede tener gran dificultad para ser un competidor 
        global. El conocimiento de sus reglas de juego es casi elemental (conocer 
        cuáles son los procedimientos y los mecanismos). También 
        es básico conocer cuáles son las verdaderas reglas de juego 
        -no sólo las formales-. Conocer las expectativas y exigencias de 
        las diferentes demandas, ya sea de un importador de bienes intermedios 
        o del consumidor final. Y conocer, sobre todo, algo que uno muchas veces 
        se subestima cuando no se tiene mentalidad de competidor global, que es 
        el mundo de los competidores que están entrando o están 
        pensando en entrar en el mismo país en el cual uno quiere entrar. 
       Eso implica dos aptitudes mentales que es lo que probablemente se desarrolla 
        a través de las distintas etapas formativas. La curiosidad puede 
        venir innata o puede venir de la niñez, pero estas aptitudes mentales 
        deben ser precisamente parte de la formación del cuadro técnico, 
        del emprendedor, y del competidor global. La primera aptitud mental es la del cazador de blanco móvil, que 
        es muy diferente a la de un cazador de blanco fijo. Esto lo resaltaba 
        hace algunos años una economista venezolana, Carlota Pérez, 
        quien decía: "Nosotros en América Latina cometimos 
        el error que no cometieron los asiáticos; desarrollamos una mentalidad 
        de cazador de blanco fijo con respecto al tema de la sustitución 
        de importaciones y nos dimos cuenta tarde que el modelo se había 
        agotado y que el mundo había cambiado". Esto también 
        pasa a nivel micro. Tengamos en cuenta que en algún momento se 
        produce la obsolescencia de cualquier tecnología, de cualquier 
        diseño o material. Un competidor con mentalidad de blanco fijo, 
        puede carecer de los reflejos necesarios para detectar a tiempo factores 
        que desplazan ventajas competitivas, sean ellos de índole tecnológica 
        o resultado de políticas públicas y de reglas de juego. 
       Y lo segundo es la aptitud mental para saber distinguir las situaciones 
        coyunturales de las tendencias profundas con efectos en el largo plazo. 
        A veces se la denomina "olfato". Los historiadores franceses 
        y belgas nos han enseñado hace tiempo a distinguir las fuerzas 
        profundas que operan en la realidad, o como decía Pierre Massard, 
        planificador francés, a detectar "los hechos cargados de futuro". 
        Es fácil detectarlos cuando todo el mundo los detectó. Lo 
        importante es detectarlos a tiempo. En el proceso formativo de un competidor global, cobra creciente importancia 
        lo que podemos denominar la formación "mochilera". Es 
        decir, la resultante de que chicos y chicas salen cada vez más 
        a patear el país. En caso de tener más tiempo y más 
        posibilidades, también van a países de América Latina, 
        del Asia o de África. Y por cierto a Europa y América del 
        Norte. Eso es una fuente de formación espectacular del futuro competidor 
        global. Existe el antecedente paradigmático de formación 
        de un competidor global a través de los viajes de aventura, que 
        es el de Marco Polo. Pero hay un caso menos conocido -más de viajante 
        de comercio- de un personaje revolucionario del siglo XX que es Jean Monnet, 
        quien revolucionó la historia de Europa con la idea de la integración 
        y tuvo un protagonismo central en la ejecución del plan Marshall 
        y en cantidad de otras iniciativas que se tomaron desde los años 
        20 en adelante, que tuvieron gran impacto en el cambio en el curso de 
        la historia europea. Jean Monnet no estudió en la universidad, 
        era el hijo de un empresario de Cognac, en Francia. Estudió el 
        colegio secundario y su padre lo mandó desde chico a China y otros 
        países, a vender cognac. Es decir, salió a patear el mundo 
        y allí aprendió mucho de lo que luego volcó en la 
        acción empresaria y pública. Aprendió sobre el mundo. 
        De alguna manera era un mochilero de los años '10. Por ello, considero 
        que este es un aspecto importante en la formación de cuadros técnicos 
        y empresarios, aptos para la competencia económica global actual 
        y del futuro.  En la Fundación BankBoston estamos tratando de estimular a los 
        estudiantes, organizando y facilitando viajes para que pateen el país 
        a través de viajes al interior. Los chicos se suelen ir viernes 
        y sábado, pagando ellos el viaje y haciendo incluso un esfuerzo 
        físico tremendo, para ir a recorrer los lugares donde se produce, 
        donde se pueden ver los problemas de transporte, de logística, 
        los problemas que hacen al desarrollo del comercio exterior. Una pregunta relevante para el proceso de formación de un competidor 
        global es sobre ¿cuáles son las fuentes principales de información 
        que tiene que utilizar quien aspira a participar con éxito de la 
        competencia económica global y qué tipo de expertise deben 
        desarrollar quienes ofrecen cursos o actividades académicas en 
        la formación de empresarios de comercio exterior?
 Esto me lleva a apuntar algo sobre lo que son hoy las fuentes de información 
        y de inteligencia competitiva más importantes que tiene que manejar 
        el competidor global. Más que información, es inteligencia 
        competitiva que significa la capacidad de decodificar la información 
        en función de la estrategia de la empresa; es el vínculo 
        entre información en bruto y lo que es el plan estratégico 
        o la estrategia dinámica de una empresa.  Tengo la impresión de que hay al menos tres fuentes de información 
        fundamentales, y el manejo de estas fuentes es lo que debemos apuntar 
        a desarrollar en las actividades académicas destinadas a la formación 
        de este tipo de competidor global. La primera es Internet. No sólo como fuente de información 
        general o especializada de utilidad para quien como empresario o cuadro 
        técnico, tiene que ampliar su capacidad de nutrir de hechos el 
        desarrollo de su hoja de ruta, como así también para detectar 
        a tiempo "hechos cargados de futuro". También lo es para 
        el chico y chica que no pueda patear el mundo porque no tiene los recursos, 
        o porque tiene que trabajar o por otra razón. En la medida en que 
        uno utilice Internet con la pasión y la visión de quien 
        quiere ser un competidor global, tendrá todo el mundo a su alcance. 
        A veces, no llegamos a comprender lo suficiente la revolución que 
        significa hoy buscadores como "Google", en cuanto a fuente de 
        inteligencia competitiva. La segunda son las redes de empresas y de conexiones personales. Quien 
        trabaja en una multinacional cuenta con todo un sistema de inteligencia 
        a su servicio. También pueden tenerla productores y exportadores 
        que suman sus esfuerzos en el comercio exterior. Pero hay muchos otros 
        medios de obtener información valiosa sobre gustos de consumidores 
        en el resto del mundo y sobre las características de los respectivos 
        mercados. Por ejemplo, los otros días comentaba Omar Perotti, Intendente 
        de Rafaela y ex Ministro de la Producción de Santa Fe, cómo 
        él en su ciudad está utilizando las redes familiares de 
        las colonias de inmigrantes originadas en distintos lugares del mundo, 
        especialmente de Europa, que están instaladas en su región. 
        En realidad debemos darnos cuenta que tenemos al alcance de nuestra inteligencia 
        comercial y competitiva miles y miles de argentinos que están en 
        el exterior. La pregunta es: ¿estamos utilizándolos en función 
        de una inteligencia competitiva, de una gestión de conocimiento 
        aplicable a una estrategia de competencia económica global? Las 
        conexiones personales, se enhebran muchas veces en las ferias, en los 
        recorridos que hacen los empresarios acompañando al Presidente, 
        o acompañando a un Ministro. A condición que ese empresario 
        junto con su tarjeta tenga su página Web, en la cual pueda transmitir 
        lo que tiene para ofrecer. Son conexiones que pueden alimentarse luego, 
        por ejemplo, a través del uso intensivo del e-mail. En tercer lugar está el servicio exterior del país, que 
        constituye una red muy valiosa de antenas en el exterior, especialmente 
        en la medida en que la información que capta esté online, 
        al alcance de cualquier ciudadano a través de Internet. En la actualidad, 
        la diseminación de información oportuna por Internet, es 
        un elemento fundamental para la promoción industrial y la promoción 
        económica. Termino señalando tres campos en que observo la necesidad de concentrar 
        el esfuerzo de formación. Me referí a algunas aptitudes 
        y cualidades. En función de ellas, considero que es muy importante 
        concentrarse, en primer lugar, en todo lo que es gestión del conocimiento 
        en el sentido más amplio de la palabra, como por ejemplo, de toda 
        la información relacionado con la identificación oportuna 
        de factores de desplazamiento de ventajas competitivas. Estamos en un 
        mundo de arenas movedizas en el que todo se desplaza muy rápido 
        gracias al aporte de la tecnología, pero también se desplazan 
        los consumidores como consecuencia de reglas de juego que surgen de clubes 
        privados de comercio internacional, como son los acuerdos que han celebrado 
        países como Chile con la Unión Europea o con los Estados 
        Unidos. Esas nuevas reglas de juego van produciendo sus plenos efectos 
        a cámara lenta, ya que suelen generar desplazamientos de ventajas 
        competitivas casi por goteo. Por ejemplo, recién ahora estamos 
        empezando a tomar conciencia de lo que significa la finalización 
        del período que se había previsto en el Acuerdo de Textiles 
        y Vestimenta -negociado en la pasada Rueda Uruguay- para la eliminación 
        de las cuotas textiles. Sin embargo, mucha gente y países tomaron 
        conciencia antes, invirtiendo fuertemente en países de mano de 
        obra barata como en el caso de China o India a efectos de competir desde 
        esos países en los mercados más apetecibles que son los 
        de Estados Unidos y la Unión Europea. Y los acuerdos de libre comercio 
        que celebra países como Chile por ejemplo, normalmente maduran 
        en sus efectos 10 años después, y diez años después 
        puede ser tarde porque nuestros competidores ya se colocaron en los mercados 
        y luego se hace muy difícil penetrarlos. El que entra primero, 
        gana. En segundo lugar, está lo vinculado con la gestión de la 
        calidad. La Cámara de Exportadores ha hecho una gran contribución 
        a través de una publicación de calidad sobre el tema, precisamente, 
        de gestión de la calidad en el comercio exterior. Es una publicación 
        del Centro de Comercio Internacional, con sede en Ginebra. Se trata de 
        un vademécum de gran valor sobre una cuestión de la competencia 
        económica global actual y del futuro. Pero gestión de calidad 
        en la perspectiva no sólo del valor agregado intelectual, sino 
        del valor percibido por el mercado. Esto lo señalaba en su último 
        libro, Alieto Guadagni, cuando resalta que al consumidor ABC1 de cualquier 
        lugar del mundo, no es necesario que se le explique la calidad del zapato 
        italiano. Es decir el valor percibido, en este caso, se basa en la convicción 
        de todo consumidor informado de que el zapato italiano siempre será 
        bueno, porque nunca hubo un zapato italiano "trucho". Y, finalmente, destaco la gestión de lobby que permite al empresario 
        y a sus colaboradores, a manejar con habilidad y con inteligencia la defensa 
        activa y pasiva de sus intereses agresivos y defensivos, en la competencia 
        económica global y en las negociaciones comerciales internacionales 
        en las que participa el país. Este representa un elemento fundamental 
        ya que te permite estar en la cocina del gobierno nacional o provincial, 
        de las cámaras sectoriales, regionales e internacionales. Y permite 
        un mejor posicionamiento en términos del desarrollo -o preservación- 
        de ventajas competitivas, como consecuencia de la importancia creciente 
        que tienen las reglas de juego para desplazar ventajas competitivas. En 
        tal sentido, hoy en día es fundamental concebir las negociaciones 
        comerciales internacionales, como verdaderos procesos de creación 
        normativa -fábrica de reglas- que inciden fuertemente en la competencia 
        económica global. Cierro aquí estos apuntes. Sólo he pretendido esbozar una 
        especie de provocación sobre un tema que no dudo cada vez más 
        estará demandando de nuestra atención. Es el tema de que 
        tipo de recursos humanos tenemos que contribuir a formar -en el plano 
        del comercio exterior- en una Argentina que tiene que competir a escala 
        global y regional. Es un tema central con dos requerimientos nacionales 
        de importancia para nuestra sociedad: crear trabajo y estimular la inversión 
        productiva, como condición para expandir el bienestar social y 
        afirmar nuestro sistema democrático y nuestra identidad nacional 
        en un mundo en que la globalización es un hecho inexorable. |