| Después de la  fortaleza demostrada ante los Estados Unidos y ante la suspensión del  "fast track", el bloque regional puede profundizar sus acuerdos y  alcanzar nuevas áreas, como los servicios y las compras estatales. El Mercosur se encuentra en un positivo punto  de inflexión. Cuatro acontecimientos han incidido  en generar un nuevo cuadro de situación.  Son la visita de Clinton, la suspensión de la votación del "fast track" (vía rápida) en el Congreso norteamericano, la crisis originada en el sudeste  asiático y el encuentro empresario de San  Pablo. La visita de Clinton permitió  afirmar al Mercosur como unidad en la relación con los Estados Unidos. Clinton vino a escuchar, no a predicar. Ese fue un gran mérito de su visita. Lo importante es que escuchó lo mismo en Brasilia y en Buenos Aires. La crisis bursátil fue una nueva oportunidad para demostrar visiones comunes y capacidad de respuesta, ambas acrecentadas por el hecho de existir el Mercosur. Puso de manifiesto que si bien los impactos de una crisis internacional pueden ser diferenciales para la Argentina y el Brasil  como también lo fueron en 1995-, no puede desligarse uno del otro a la hora de encarar las soluciones. Así lo entendió el presidente Menem; de ello se desprende su  contundente apoyo a la enorme voluntad  política del presidente Cardoso para  encarar el costoso ajuste. Los dos  países están unidos por voluntad  política, pero sobre todo por la  suma de dos hechos; la vecindad  geográfica y la apertura de sus  respectivas economías. De ahí tanto comercio.  El Mercosur torna administrable una vinculación económica que surge de estas realidades. Por ello, si ante una profunda crisis financiera la Argentina quisiera desligarse del Brasil, difícilmente podría hacerlo sin el costo de volver a cerrar su  economía. La suspensión de la votación del fast track genera incertidumbres para el ALCA y para la concreción de un  acuerdo de libre comercio entre Chile y los Estados Unidos. Difícil es prever  cuan temporaria es la suspensión. Es posible pronosticar que si no estuviera  aprobado antes de la Cumbre  de Santiago, la idea de abrir negociaciones hemisféricas puede adquirir una  dimensión excesivamente teórica o si se concretaran en tales condiciones, conducirían  a un resultado desbalanceado, en el que los Estados Unidos consigan lo que más  quieren (propiedad intelectual, servicios, compras gubernamentales), sin que el  Mercosur obtenga lo que más necesita (seguro contra el proteccionismo  'invisible y eliminación de subsidios agrícolas).  Una consecuencia de la no aprobación del  "fast track" podría ser el acelerar los  tiempos para el acceso de Chile como miembro pleno del Mercosur. Sería  conveniente por varios motivos: es difícil  imaginar que su situación actual,  próxima al status de "free rider", pueda mantenerse en el  tiempo sin erosionar la voluntad política de los socios plenos de cumplir las disciplinas  comerciales externas del Mercosur, sería más atractivo imaginar formulas prácticas para los problemas que supone su arancel más bajo y su proteccionismo agrícola. En San Pablo, los empresarios de la Argentina y Brasil asumieron su responsabilidad en la construcción del Mercosur Sus propuestas significan aportes concretos que deberían ocupar un lugar prioritario en la Cumbre de Montevideo y luego en 1998, cuando les corresponderá impulsar al Mercosur  sucesivamente a los presidentes Menem  y Cardoso. El mensaje de los empresarios es claro:  profundizar el Mercosur para poder consolidarlo y encarar complejas negociaciones  externas. La ocasión de un salto adelante la brindan los servicios y las  .compras gubernamentales. Son cuestiones inseparables. Lo que se apruebe tiene  que significar compromisos de envergadura similar a los que se asumieron en  materia de bienes. El protocolo preparado para servicios no asume la realidad  de las asimetrías que existen en las condiciones  de acceso a los mercados de la   Argentina (mucho más abierto) y del Brasil (de apertura  limitada). Una negociación sustancial sobre estas dos cuestiones debería  constituir además un aliciente adicional para que Chile se incorpore como socio  pleno. |