|  Lograr reglas de juego de calidad es crucial para el éxito del 
        Mercosur. A Ellas condicionan su eficacia, es decir, el logro de los resultados 
        que se pretende alcanzar. Contienen señales a los mercados, que bien captadas por los agentes 
        económicos se pueden traducir en los comportamientos económicos 
        buscados, como por ejemplo, aumentar la inversión productiva en 
        función del espacio ampliado. Para ello las reglas de juego deben 
        tener dos cualidades: la transparen-cía, es decir un acceso fácil 
        a sus textos, lo que se logra con su oportuna publicación en el 
        Boletín Oficial, y la claridad, es decir un acceso fácil 
        a su contenido y mensaje, lo que se logra con racionalidad económica 
        y precisión en el lenguaje jurídico. PrevisiblesPero también es crucial lograr un grado razonable de previsibi-lidad 
        en las reglas de juego. Así lo requiere naturalmente uno de los 
        destinatarios principales de las señales al mercado que han enviado 
        los gobiernos desde que firmaron el Tratado de Asunción: el inversor 
        dispuesto a correr riesgos en función del mercado ampliado que 
        se le ha prometido.
 Un inversor puede comprender la necesidad de la flexibilidad en la aplicación 
        de los instrumentos del Mercosur. Ella es una consecuencia natural de 
        la dinámica económica internado-. nal y de la interna de 
        cada uno de los socios. Lo que no puede comprender es el cambio imprevisto 
        de reglas de juego por actos unilaterales discrecionales, aun cuando ellos 
        sean luego legitimados por los órganos del Mercosur. No es sólo 
        que así se puede afectar la seguridad jurídica. Pero se 
        pueden afectar intereses concretos de quienes invirtieron respondiendo 
        a las señales gubernamentales. Más aún, se pueden afectar la credibilidad de todo el proceso 
        de integración y de las políticas económicas de los 
        socios. De allí que sea importante poner límites a la flexibilidad 
        instrumental del Mercosur. Ello se logra precisamente institucionalizando 
        la flexibilidad.La esencia de un proceso de integración económica es convencer 
        a los operadores, económicos -internos y externos- que los gobiernos 
        han decidido limitar efectivamente su capacidad para actuar unilateral 
        y discrecionalmente, en las materias sometidas libremente a una disciplina 
        colectiva.
 Decisión políticaEl límite a la flexibilidad en el Mercosur debería estar 
        dado por una manifiesta e inequívoca decisión política, 
        de no alterar el derecho ya adquirido al acceso irrestricto a los respectivos 
        mercados, para aquellos productos que ya gozan el beneficio del régimen 
        de unión aduanera; ello implica respetar sin lugar a ninguna duda 
        el arancel cero y la no aplicación de restricciones no arancelarias 
        -cualquiera que sea su modalidad- para aquellos bienes que no están 
        incluidos en las listas de adecuación final a la unión aduanera. 
        No respetar este límite sería introducir una falla estructural 
        grave en el edificio del Mercosur.
 Pero incluso en aquellos casos en que las reglas de juego prevén 
        la posibilidad de cambios -por ejemplo con respecto a los productos incluidos 
        en las listas de adecuación final y en las listas de excepciones 
        al arancel externo común-, los empresarios tienen derecho a aspirar 
        legítimamente que las alteraciones eventuales sean fundadas y adoptadas 
        a través de procedimientos transparentes y partici-pativos, tomando 
        en cuenta los criterios económicos implícitos en las respectivas 
        reglas de juego. FundamentosEn el caso que sea necesario aplicar válvulas de escape o medidas 
        de emergencia temporales, ellas deberían tener causales fundadas 
        y procedimientos precisos y públicos. Incluso debería preverse 
        para estos casos excepcionales un procedimiento simple de apelación 
        a la Comisión de Comercio, previa opinión de un panel de 
        expertos independientes. Ello contribuiría al objetivo de institucionalizar 
        la flexibilidad, fortaleciendo así la seguridad jurídica 
        y por ende la credibilidad de los inversores en el Mercosur.
 La Cumbre de Asunción es una excelente oportunidad para enviar 
        claras señales a los mercados, acerca de la voluntad, de los gobiernos 
        de limitar el uso de la flexibilidad de las reglas de juego del Mercosur. |